Texto en el reverso del LP:

Se ha llegado a decir que la nueva generación de autores está desvirtuando el cante por sevillanas. Es una voz de alarma arrastrada por vetustos aires que se ha lanzado, y que trata de luchar contra un imposible: el paso del tiempo, la evolución lógica de todo fenómeno que vaya ligado a la forma de sentir, de expresarse de un pueblo.

Desvirtuar, no; evolucionar, sí. Porque lo mismo que se han transformado el escenario, las costumbres, los problemas, en suma la vida de las personas que en su día crearon un vehículo de expresión para sus gozos y sus penas, así también tenía que operarse un cambio sustancial en esas obras que afloran en el pentagrama y en las cuartillas, y que tratan de recopilar con palabras la idiosincrasia de Sevilla y ese entorno de marismas y labrantíos que es la Baja Andalucía.

LOS ROMEROS DE LA PUEBLA pertenecen a esa nueva generación. Ellos han venido desempeñando un cargo de honor en esa misión de extender por los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía sureña, lo que antes quedaba encerrado entre las paredes de los corrales de Triana y otros barrios sevillanos. El portentoso tinglado de los actuales medios de difusión ha colaborado estrechamente en esta labor de popularizar sus creaciones.

El sello peculiar que distinguía el cante de LOS ROMEROS ese impresionismo campero que sabía adentrarse como un furtivo por las alamedas de eucaliptos y pinos de los cotos marismeños, sigue vigente en las crestas del nuevo disco. Pero hay algo más; unos aires renovadores de polémica valiente que le dan una dimensión desconocida hasta ahora a LOS ROMEROS DE LA PUEBLA. 
Esta nueva línea queda patente y se concreta en alguna de las presentes sevillanas. Así en LOS PINOS la metáfora se hace protagonista para arropar una leyenda negra qu-e carece de todo fundamento; aquí la leyenda es recogida y puesta a la luz del día para analizar lo que en ella hay de vacío. Las palabras finales sentencian la cuestión: «El que hable mal del Rocío / es que no ve más que faltas...»
Las CORRALERAS, actualización de algo que era ya una auténtica pieza de museo, recogen parte de la nueva semilla sembrada en los cantes de La Puebla, aunque pueda pasar desapercibida por el desenfado de las letras.
«Tiene ribetes de oro / el agua al atardecer...» Pero hoy no podemos hablar de declibe dentro del cante por sevillanas. Sí, de alborear rojizo que barrunta primavera, porque es toda una juventud la que ha volcado su entusiasmo para cantarlas, para componerlas y también para defenderlas de aquéllos que pretenden que algo que pertenece al pueblo, puesto que él las ha creado, vaya marchitándose en el cofre de los recuerdos.

Aurelio Verde

 

 

EPs:

El embarque de ganado Las flores de la discordia Corraleras del pueblo La marisma
Sevilla es mi poesía Suspiros de mujer Corraleras del Rocío Plazas de España
Los pinos Acuarelas del Rocío Rompeolas del amor Retablo sevillano

CRÉDITOS:

Guitarras:

Félix de Utrera

Antonio Piñana

Fotografía:

Villena

Arreglos y dirección musical:

Felipe Campuzano

LETRAS:

 

EL EMBARQUE DE GANADO

I
El embarque de ganado
levanta una polvareda.
Los toros son negras sombras
que avanzan por la vereda.

Van a las ferias de España,
San Isidro y San Fermín
y los de más confianza
siempre los más escogidos
mueren en la Maestranza
II
El viento por la cañada
tiene voz de mayoral.
Las mujeres que sembraban
vieron los toros llegar.

Se remangaron las faldas
se subieron a una encina
y en lo alto de las ramas
vieron pasar la corrida
cuando abría la mañana
III
Un contrabando de muerte
llevan esos siete toros.
La tarde le pone al día
su divisa grana y oro.

Los garrochistas cansados
ya vienen de dar la mano,
la tapia del caserío
tiene el pálido color
que la luna le ha ofrecido.
IV
El vaquero vigilando
se pasa las madrugadas.
“Pa” que nadie entre al “cerrao”
saltando las alambradas.

Saltando las alambradas
que él tiene que dar la cara
si el ganadero se entera
que por culpa de un chiquillo
están “resabiás” las fieras.

ROMPEOLAS DEL AMOR

I
Tiene ribetes de oro
el agua al atardecer.
La noche sobre la playa
se está dejando caer.

Y el firmamento se abre
lleno de estrellas fugaces
y parpadean…
y se hacen el amor
sin que la Luna las vea.
II
Dicen que las perlas son...
lágrimas del marinero.
Que le oculta su verdad
como el témpano de hielo
que le oculta su verdad…
A los barcos que en la niebla
navegan por alta mar.

Echando barcos a pique
sin rumbo y a la deriva
vas por la vida…
destrozando corazones
de los que luego te olvidas.
III
Las dehesa de los mares
tienen azules senderos.
Hice una cruz en la arena
pensando no verte más
hice una cruz en la arena…
pero el agua la borró
cuando subió la marea.

En el coral de tus labios
mis besos han encallado
tanto te quiero
que a tU vera yo echaría
el ancla de mi velero.
IV
Tú eres rosa de los vientos,
mi estrella polar y guía,
Las noches de luna clara
Me paseo por la orilla
Las noches de luna clara…
Voy buscando una sirena
que tenga tu misma cara.

El murmullo de las olas
me acompaña hasta la aurora
y las sirenas…
se esconden cuando es de día
porque se ponen morenas.

SUSPIROS DE MUJER

I
Suspiros de mujer
que lleva el viento,
hasta el hombre que roba
su pensamiento.

Nadie los ve
son flechas invisibles
de su querer.
II
Hay suspiros que llevan
besos prendidos.
Como el pájaro trae
grano a su nido.

Si estás queriendo
comprenderás las cosas
que voy diciendo.
III
Te engañarán los ojos
con la mirada,
te engañarán los labios
con la palabra.

Si ella suspira
el querer que te ofrece
nunca es mentira.
IV
No quiero que a la fuerza
me des tu amor.
Que el cariño es lo mismo
que el ruiseñor.

Que nadie puede
tenerlo prisionero
porque se muere.

 

LAS FLORES DE LA DISCORDIA

I
Las flores de la discordia
no crecen en el Rocío.
Que nos perdonen aquellos
a los que hayamos ofendido.

Que si es ancha la marisma
más grande es el corazón
que tienen los rocieros
“pa” conceder el perdón.
II
Vienen con la cara triste
los hermanos de la Puebla,
y que amargos se le hacen
los senderos de la vuelta.

Que ellos no tenían la culpa
de lo que había pasado
y les volvieron la Virgen
delante de Simpecado.
III
De la Virgen del Rocío
el Simpecado un espejo.
Que tienen las hermandades
“pa” conservar sus reflejos.

Simpecado de la Puebla
donde la Virgen se asoma
aunque la vuelvan de espalda
Viva la Blanca Paloma.
IV
Me contaba un rociero
las penas que le conmueve.
Le han dicho que el Simpecado
es tan sólo un trapo verde.

El que tenga otras ideas
y no conozca el Rocío
por Dios no diga esas cosas
que a mi tanto me han “herío”.

LA MARISMA

I
Yo he nacido en la marisma
mi orgullo es ser de esta tierra,
donde crecen los helechos
junto al tomillo y la menta.
Marisma de arenas claras
en las riberas del Quema
de los lucios traicioneros
y la brisa marinera.

De pinares que se abren
cuando la Raya se adentra
hasta llegar al Palacio,
la marisma rociera
II
Bajo una encina enterré
un perro de cacería
que me regaló mi padre
por la afición que tenía.
Pero un día lo maté
al fallar la puntería
y con el perro se fue
la herencia que más quería.

Que nadie pise ese suelo
que nadie corte esa encina
que debajo yo enterré
mi afición de cacería.
III
Igual que el aire cimbrea
las matas de la marisma.
Así te pones nerviosa
cuando estás delante mía.

Y lo mismo que la adelfa
tiñe de rosa su flor
el color de tus mejillas
me están hablando de amor.
IV
Racimos de toros negros
pastan entre los jarales,
con un hierro marismeño
marcado en los costillares.

Al salir del Ajolí
entre manchas de pinares
va a refugiarse el ganado
del calor de medía tarde.

LOS PINOS

I
Los pinos de la marisma
testigos que ven y callan.
El caminito es de arena
donde azucena tan blanca
ha perdido su pureza...
Ay, sí los pinos hablaran…

Jardinero con zahones
que la “arrancó” de su mata
por apuntarse un trofeo,
Ay, si los pinos hablaran…
II
La noche es un potro tordo
que por la marisma pasa.
Ese niño bien plantado
ha perdido su medalla
en las arenas del pecado,
Ay, si los pinos hablaran…

Ha perdido su medalla
no preguntarle por ella
preguntarle por su fama
que es lo que a él le interesa,
Ay, si los pinos hablaran…
III
El pino y el eucaliptos
se acarician con sus ramas.
Y las bromas de mal gusto
se gastan de madrugada
a la hora de los sustos,
Ay, si los pinos hablaran...

En los arroyos del vino
se disculpan y se lavan
los tropiezos del camino,
Ay, si los pinos hablaran…
IV
El que hable mal del Rocío
Es que no ve más que faltas.
Y no conoce a la Madre
que es Maestra en perdonarlas.

El eco se va perdiendo
por la marisma lejana
pero sigue repitiendo,
Ay, sí los pinos hablaran…

CORRALERAS DEL PUEBLO

I
Dice Joseliqui
en Siete Revueltas.
-Soy de confianza
no pago la cuenta
que con el tururú…-
Ay que picardía
coge este muchacho
en las whisquerías
que con el tutrurú…

Nadie se esperaba
que el gran Joselíqui
tuviera tanta cara
que con el tururú…
II
Me gustan las niñas
que sean inocentes,
y que se recojan
cuando cae el relente,
que con el tururú…
Yo a tí no te quiero
tienes más rodaje
que los viajeros,
que con el tururú…

Búscate algún tonto
que no te conozca
y se case pronto
que con el tururú…

III
No te pongas de rodillas
que no me caso contigo.
Que tú has “pasao” por más manos
que el dominó del casino.

Niña de buenas palabras
y de modales tan finos
tú eres como una cualquiera
que yo sé por qué lo digo.
IV
Nadie quiere hincarte el diente
con miras de casamiento.
Mira si sabe la gente
que estás hecha un elemento.

Pero al olor del dinero
ya vendrá algún forastero
que no conozca tu historia
con los ojos bien tapados
como el burro de la noria.

SEVILLA ES MI POESÍA

I
Cruz de Mayo de Sevilla
tradición que el tiempo ha roto,
donde están las sevillanas
que se cantaban a coro.
Por las rejas de los patios
que tienen recuerdos moros,
se ven rincones de ensueño
que quedan “pa” siempre solos.

Si la flor vuelve a nacer
en Sevilla nunca falta
“pa” lucirla una mujer,
¿por qué las cruces de Mayo
se tuvieron que perder?
II
Ay, sevillano que pasas
por vera de la Giralda.
Y ni siquiera te dignas
pararte para mirarla…
mira como esos turistas
por el barrio Santa Cruz,
le van diciendo a Sevilla
lo que no le dices tú.

Tiene que ser gente extraña
la que venga a descubrir
las cosas que tiene España
al pie del Guadalquivir.
III
Entre hojas secas doradas
por el sol de media tarde.
el cielo azul se derrama
en los rincones del parque.
Nieve blanca de palomas
verde hierba de los mares
la flor del enamorado
crece por estos lugares.

Camelias y buganvillas
gladiolos y azahares
mi flor se llama Rosario
espejo de los rosales.
IV
Me dijiste cierto día
que eras terreno vedado,
que entre tu cuerpo y el mío
se levantaba un vallado.
Tú sola te has engañado
si aquello no era verdad,
la marisma de tu cuerpo
ya no es coto “pa” cazar.

Tanto como tú quisiste
guárdate de cazadores
ya nadie cruza esas lindes
en basca de tus amores.

ACUARELAS DEL ROCÍO

I
Y cómo está el Aljarafe
de bonito en primavera,
cuando por los olivares,
las margaritas pasean
sus vestidos de lunares.

La tarde se viene encima
y en el cielo se columpian
alegres las golondrinas
porque han visto las carretas
que van para las Rocinas.
II
Dice a la rosa del parque
el lirio de la marisma.
Yo no envidio los jardines
del parque de María Luisa.

Que si tú estás orgullosa
porque en Sevilla has nacido…
yo tengo de jardinera
a la Virgen del Rocío.
III
Acuarela de colores
es la madre del Rocío.
“Salpicá” de “espulgabueyes”
bajo ese cielo encendido.

Que después del paraiso
el Señor no creo que hiciera
otro sitio más hermoso
que la tierra rociera.
IV
¿Por qué vienes en otoño
cigüeña de primavera?.
Vengo a traerle otro niño
a los Romeros de Puebla.

José Francisco, qué suerte
nacer junto a la marisma
y llevar dentro el embrujo
y el alma de los artistas.

 

RETABLO SEVILLANO

I
Un pañuelo bordado
tiene el torero…
y sus hilos de seda
dicen te quiero.

Se lo han bordado
las manos de su novia
y en la faja lo lleva
siempre colgado.
II
La Giralda la hicieron
príncipes moros.
La remató Sevilla
con sus piropos.

Era sultana
y una tarde entre el vuelo
de sus campanas
la Virgen de los Reyes
la hizo cristiana.
III
Deshoja margaritas
todo el que quiere,
buscando una respuesta
de las mujeres…

Se ha deshojado
la margarita mía
y me vuelvo a mi casa
“desengañao”.
IV
Llegan las golondrinas
en primavera
dibujando en el cielo
sus plumas negras.

Hacen sus nidos
en las torres antiguas
que hay en Triana
las golondrinas quieren…
ser sevillanas.

CORRALERAS DEL ROCÍO

I
Cuando voy al Rocío
los siete días,
no quiero niñas cursis
por compañía.
Las guerrilleras
son las que a mi me gustan
aunque me las critiquen
por corraleras.

Son tan graciosas
cuando cantan y bailan…
y si llega el momento
son cariñosas.
II
Tengo un novio que tiene
malas entrañas,
cuando llega el Rocío
siempre me engaña.
¡Vaya faena!
me dice que va solo,
por las arenas
y siempre trae a la grupa
una morena.

Tonta perdía
me dicen las amigas
márchate tú con otro
de romería.
III
Mocita de Triana
vente a mi vera.
“Pa” llevarte al Rocío
en mi grupera.
De colorío
se llenan los carriles
volantes de lunares
de tu vestío…

Pañuelo verde
recogiéndote el pelo
color de la esperanza
que no se pierde.
IV
Alegran la marisma
las amapolas.
Almoradux y poleo
le dan su aroma…
Se abren de día,
las flores marismeñas…
y de noche se cierran
adormecías.

Por la mañana
José Manuel se ocupa
de despertarlas
vaya gracia que tiene
tocando el alba.

PLAZAS DE ESPAÑA

I
Como una media luna
Plaza de España.
Tiene la misma forma
de tus pestañas.

El azul claro
del agua en sus estanques
me recuerda los ojos
que me alumbraron.
II
Plazas de Santa Cruz
y Doña Elvira.
Cuantos besos callados
por sus esquinas…

Cuántos amores
nacieron en Sevilla
por culpa de los duendes
de estos rincones.
III
Calvario de claveles
que Cristo lleva,
tarde del Martes Santo
en Plaza Nueva.

Los estudiantes
llevan cruz de promesa
con un antifaz negro
sobre el semblante.
IV
Taberna de la Trocha
por San Leandro.
Sevilla del Tenorio,
conventos blancos…

Aquí se guarda
un cachito de feria
con reliquias de cantes
y de guitarras.